El creciente interés por las viviendas pasivas es innegable, cada vez son más las personas que entienden que los edificios de consumo casi nulo son el futuro. Un futuro en el que las viviendas serán muy eficientes y los usuarios reducirán, por ello, su huella de carbono considerablemente…un futuro que ya esta aquí.
Pero ¿es necesario que una vivienda sea Passivhaus certificada para que sea muy eficiente? Podemos conseguir una vivienda pasiva, que permita disfrutar a sus usuarios de un excelente confort térmico con un consumo prácticamente nulo sin llegar a alcanzar el estandar Passivhaus. Igual que no hay dos personas iguales, tampoco hay dos casas iguales…
Un buen ejemplo de vivienda pasiva que no esta certificada passivhaus es el que os mostramos a continuación.
Una vivienda pasiva en Oijen (Holanda)
Jos Rademakers y Viola Peulen interesados, como muchos holandeses, en las viviendas de consumo casi nulo, se deciden por una casa pasiva y así se lo transmiten a Ariens cs, el estudio de arquitectura encargado de llevarla a cabo.
El punto de partida es doble:
- La integración en el paisaje, llano y salpicado por algunas granjas de hastiales largos.
- Reducir el consumo de la vivienda a límites passivhaus
Para ello plantean una vivienda alargada y orientada a sur. La fachada principal esta orientada al sursuroeste (22 grados del sur) y al igual que las fachadas este y oeste está acabada con estuco. Esta fachada alberga la mayor parte de las ventanas de la vivienda, con la intención de captar sol y luz especialmente en los meses de invierno. Estas ventanas, que son de madera por el interior y de aluminio con aislante por el exterior, se proyectan con un vidrio de triple capa con alta luminosidad.
La fachada sur tiene además que dar cumplimiento a una ordenanza municipal que pide un canal a una altura de 3 metros, es por ello que el techo está “cortado” creando una terraza abierta que ofrece una vista panorámica del paisaje desde los dormitorios.
Como contrapunto a la fachada sur, la fachada norte, que junto con el suelo forman una una capa aislante continua de alrededor de 45 cm de espesor que envuelve la casa. Para hacer esto visible, el suelo está elevado y la fachada norte, y los techos sobresalen más allá de las paredes laterales.
La distribución también tiene en cuenta el doble objetivo del proyecto, por lo que los dormitorios de la residencia se ubican en la zona sur mientras que los servicios como los baño y demás instalaciones se colocan en el lado norte.
Pero, no sólo la forma convierte este edificio en un vivienda pasiva, también las instalaciones juegan un papel importante. En la cubierta sur, que tiene una pendiente de 36 grados (ángulo óptimo para la captación solar en esa zona) se colocan los colectores solares y paneles fotovoltaicos que abastecen de energía eléctrica la casa.
El uso de energía eléctrica fotovoltaica y luces led contribuye a reducir el consumo de energía.
El sistema de calefacción ubicado en la sala de estar genera el calor suficiente para toda la casa, que se reparte gracias al sistema de conductos de ventilación.
En resumen, una vivienda con una hermeticidad de tan sólo 0,44 ren/ h y con un consumo de 17 kw/h en invierno, por lo que le ha faltado sólo un poco para llegar a la certificación Passivhaus. A pesar de ello, ha logrado una buen comportamiento y, lo que es más importante, ha conseguido alcanzar el objetivo del proyecto: una vivienda pasiva de consumo muy reducido.