Pasamos más tiempo dentro de los edificios que fuera de ellos. Se han convertido en nuestro hábitat “natural”. Repartimos el tiempo entre nuestro hogar y nuestro lugar de trabajo, y por eso es tan importante preocuparnos de que nuestra vivienda sea saludable como de que también lo sea nuestro lugar de trabajo. Las oficinas saludables son una elección inteligente que beneficia a empresas y trabajadores. Veamos porqué…
Un lugar de trabajo saludable y apetecible no sólo mejora el estado de ánimo y la salud de los trabajadores sino que aumenta su concentración y productividad. Es decir, se trata de un “win-win“: algo beneficioso para los trabajadores y también para la empresa.
Crear entornos saludables para trabajar es absolutamente posible y ya os lo contamos en un artículo anterior. Pero no sólo eso, sino que incluso el resultado es perfectamente medible gracias a la certificación Well Building Standard.
Como conseguir oficinas saludables
Para convertir una oficina en un lugar saludable es necesario un equipo técnico multidisciplinar que lleve a cabo una intervención global donde se analicen todas las variables con una visión holística para proponer y llevar a cabo las medidas necesarias. Dichas medidas incluyen aspectos como la forma de trabajar o el diseño y los materiales del mobiliario, con lo que es evidente que todo ello requiere inversiones en forma de dinero y tiempo.
¿Quiere eso decir que sólo las grandes multinacionales pueden ofrecer oficinas saludables a sus trabajadores?
Es cierto que una gran empresa tiene más fácil iniciar un proyecto de estas características por varias razones:
- Tiene mayores recursos económicos y por lo tanto la inversión inicial que puede hacer en reformar sus oficinas o incluso en crear un nuevo edificio de oficinas es mayor
- Tiene más trabajadores que una pequeña empresa, por lo que el esfuerzo invertido beneficia a más personas
- La repercusión mediática que implica la decisión de “cuidar” la salud y el bienestar de sus trabajadores puede ser mayor que para una pequeña empresa, a nivel comercial y también a nivel de captación de talentos.
Pero, por otra parte también es verdad que lo más importante para convertir cualquier espacio de trabajo en una oficina saludable es estar convencido de la importancia de hacerlo. Saber que el dinero y el esfuerzo invertido va a tener un impacto positivo en la salud de los trabajadores y en el crecimiento de la empresa es la mayor motivación que podemos encontrar para llevar a cabo el proyecto.
Y precisamente ahí es donde las pequeñas empresas pueden competir con las grandes, en la ilusión de hacer las cosas bien desde el principio. Como siempre “querer es poder”… Podemos crear oficinas saludables y atractivas y debemos hacerlo, porque es la elección más responsable y, sobre todo, inteligente.
Os dejo con un vídeo de Well Building Standard y con la siguiente idea:
Better Buildings are Well