Somos conscientes de que pasamos el 90% del tiempo en lugares interiores. Nuestras casas y nuestros lugares de trabajo se han convertido en nuestro hábitat natural, pero ¿es un hábitat saludable?
Son muchos los factores que influyen en que un lugar sea o no saludable, la calidad del aire interior, el confort térmico y acústico o la calidad de la iluminación, especialmente de la natural. Pero además, y especialmente importante es el tipo de mobiliario que incorporamos a nuestras viviendas y sobre todo a nuestros lugares de trabajo.
Certificaciones como WELL, que evalúa como de saludable es un edificio, tienen en cuenta varios factores que afectan a la calidad de nuestras zonas de trabajo. Cuestiones que todos deberíamos conocer, especialmente los que pasamos gran parte del día sentados al ordenador en una oficina, para poder controlar.
- La calidad del aire. Lo primero y principal es asegurarnos de que nuestro lugar de trabajo tiene una buena calidad del aire, por supuesto libre de COVs, ya que será el aire que respiremos durante al menos 8 horas.
- La calidad de la luz, ya sea natural – lo más deseable- o artificial, la luz debe tener la intensidad adecuada y estar ubicada de forma que no genere deslumbramientos.
- El confort térmico. Una temperatura adecuada, que no siempre es la misma para todos, es lo ideal para q el rendimiento y la salud. Por ello, los lugares de trabajo deberían incorporar formas de regulación de la temperatura individuales.
- El confort acústico. Un buen diseño de las zonas de trabajo debe evitar ruidos indeseados y reverberaciones y limitar los decibelios.
- El confort físico. Probablemente lo más sencillo de controlar, soló son necesarias una buena mesa y una buena silla, eso si, que sean saludables y “activas”
Mobiliario saludable y “activo”
La mayoría de las personas pasan la mayor parte de su tiempo de trabajo en una posición sentada, y esto, está relacionado con una serie de problemas para la salud, entre ellos, aumento de peso y mayor fatiga y malestar en la espalda. Estar sentado más de 3 horas al día, se asocia con una esperanza de vida de 2 años menos.
Por eso, es fundamental encontrar soluciones que eviten estar sentado por períodos prolongados, sin perder la productividad del trabajo. Una de esas soluciones es incorporar un mobiliario saludable y activo que reduzca el tiempo en que permanecemos sentados y promueva pequeñas cantidades de actividad física a lo largo de la jornada laboral.
3 opciones de mobiliario saludable que podemos incorporar a nuestro lugar de trabajo
- Mantener el equilibrio entre estar sentado y de pie es clave para mantener la salud durante la jornada laboral. Para ello necesitamos un escritorio que permita cambiar de posición, pasar de estar sentado a estar de pies sin esfuerzo y de forma instantánea. Eso es lo que nos permite el escritorio Float de altura ajustable de Humanscale, un escritorio tan fácil de manejar como levantarse de la silla. Además, Float está certificado como Living Product.
- Mientras permanezcamos sentados, una buena silla ergonómica que se adapte a nuestros movimientos es la elección acertada. Como por ejemplo TNK Flex de Actiu, que se adapta al cuerpo permitiendo un total ajuste del respaldo y el asiento. Cuenta con el reconocimiento del German Design Award 2018 y está hecha con un 50,66% de materiales reciclados.
- Incorporar mobiliario “100% activo” que de verdad nos haga estar en movimiento y aumente nuestro bienestar casi sin darnos cuenta, es la opción más “tecnológica”, como el Ballo de Human scale o la cinta Walkstation de Steelcase que nos permiten caminar siempre que queramos y sin movernos del escritorio.
En resumen, revisemos nuestra zona de trabajo y diseñémosla, en la medida de lo posible, para que sea agradable y saludable. Ganaremos en creatividad, productividad y salud.