Cuando construimos una vivienda o cualquier edificio es importante conocer la superficie construida que le corresponde según la normativa urbanística vigente. Lo normal es que esta normativa limite la superficie construida máxima que podemos edificar, así que la tendencia es utilizarla al completo para “aprovechar” esa edificabilidad que nos permite el planeamiento.
Pero, ¿que es la superficie construida?
Según la Orden de 7 de diciembre de 2009, de Condiciones de Diseño y Calidad, “se entiendo por superficie construida de un elemento, la superficie comprendida en el perímetro definido por la cara exterior de sus cerramientos con el exterior…”. Por otro lado, esta la superficie útil, que a grosso modo es la superficie “pisable” del edificio, es decir, la superficie construida menos la superficie ocupada por los cerramientos, los tabiques etc.
Pero no es mi intención hablar aquí de términos urbanísticos sino de como estos acaban afectando a nuestra realidad más cotidiana, ya que todo el que se enfrenta a la construcción de un edificio o vivienda tiene tendencia a agotar la superficie construida que le corresponde según el planeamiento urbanístico. Ésto es relativamente comprensible en el caso de la promoción de viviendas (aunque cada día lo será menos) pero no lo es, en absoluto, en la construcción de la vivienda para uno mismo, y os digo porqué…
En nuestro intento por no perder ni un metro cuadrado, nos olvidamos de la importancia de los espacios exteriores, de tener vistas con cierta distancia al exterior o de la fundamental entrada de luz natural… Incluso en ocasiones perjudicamos térmicamente el diseño del edificio, ya que no dándole importancia a la entrada de sol perdemos en confort y aumentamos el gasto enérgetico.
Tengamos patios mas grandes, busquemos la luz natural y el confort térmico, miremos al exterior todo lo que podamos y así tendremos una vivienda con una verdadera superficie “útil” que nos aporte calidad de vida. Porque es un hecho científico que los espacios exteriores, las vistas amplias y la luz natural juegan un papel fundamental en nuestro bienestar.
No perdamos de vista, con la intención de conseguir la máxima superficie construida, el objetivo fundamental cuando iniciamos la construcción de una vivienda, que es conseguir espacios confortables y saludables que fomenten nuestro bienestar. Y es que, también en superficie construida, “menos es más”.