Hace ya más de un año le dedicábamos en este blog un post a un proyecto de regeneración urbana.
Hablábamos del High Line Park de Nueva York como ejemplo de intervención que aunaba en un proyecto real, y ejecutado, las cuatro erres: reducir, reutilizar, reciclar y rehabilitar. y destacábamos la importancia no solo del resultado sino del proceso.
Un proceso de recuperación para los ciudadanos de un espacio que había quedado en desuso y que nació de una intensa y exitosa iniciativa ciudadana para evitar la demolición de la linea elevada.
Pues bien, hoy volvemos a hablar de él, pero no como proyecto de regeneración urbana sostenible sino como realidad de regeneración urbana sostenible.
Hoy el High Line Park es noticia, porque, como pasa casi siempre, cuando las cosas se hacen bien, gustan y mucho…y eso en ocasiones genera problemas, que es lo que ha pasado en este caso.
Pero, ¿ que ha pasado? Pues, que ha sido tan bien acogida la regeneración verde de las zonas urbanas por las que discurre el High Line Park que se ha producido el fenómeno que se conoce como “gentrificación”.
“proceso mediante el cual la población original de un sector o barrio, generalmente céntrico y popular, es progresivamente desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor”
Aunque en este caso, sería más apropiado hablar de eco- gentrificación, como ya hace The Guardian en el articulo que le dedica a este tema.
Con más de cinco millones de visitantes al año, la eco-gentrificación en los barrios por los que discurre el High Line Park es tan real como el propio proyecto y esta afectando gravemente a residentes y pequeñas empresas, que se ven obligados a abandonar la zona. Unos debido a los elevados precios del suelo y de los alquileres y otros, cansados de vivir en una de las atracciones más de moda de la ciudad.
La intención inicial de introducir la naturaleza en la ciudad a través de un gran proyecto de regeneración urbana sostenible para así mejorar la calidad de vida de los habitantes de los barrios afectados, ha terminado por provocar una transformación socio-económica de la zona.
Al proyecto del High Line Park le ha pasado como a muchos otros, que se ha convertido en un proyecto propaganda, demasiado grande y que ha perdido de vista durante el proceso su objetivo original ” recuperar para los ciudadanos”, no para los turistas.
Sin embargo, y a pesar de los problemas que han derivado de este proyecto de regeneración urbana, probablemente por una cuestión de escala, las bondades sostenibles del mismo que enumeraba en el post del año pasado son innegables y también con eso debemos quedarnos.
Al final, ejemplos como este deben ayudarnos a reflexionar sobre la sostenibilidad y también sobre la importancia de las intervenciones de regeneración urbana y a ser conscientes de la gran repercusión que tienen en las zonas de la ciudad afectadas.
Pero, con esto no estoy diciendo que no sea bueno intervenir en las zonas consolidadas para mejorarlas, todo lo contrario, lo que debemos procurar es intervenir con cuidado. Y tener muy presente que los barrios no sólo son calles, plazas y edificios, sino que son sobre todo residentes y comerciantes.
Debemos plantear proyectos de regeneración urbana sostenible en sus tres vertientes, la medioambiental, la económica y la social, que tengan como objetivo mejorar la calidad del medio ambiente de la zona y la calidad de vida de sus habitantes sin modificar sus características socio-económicas.
De como hacer realidad este tipo de intervenciones ya se esta hablando, y la principal conclusión a la que se esta llegando es que el tamaño si que importa, es decir, para evitar los peligros de la eco-gentrificación las intervenciones deben ser pequeñas y simultaneas en distintas partes de la ciudad.
En resumen, si queremos hacerlo bien, la regeneración urbana de nuestras ciudades, pasa por ver las cosas desde un enfoque sostenible, modesto y gradual. No se si es pedir demasiado…
