La visión que tenemos de los edificios ha cambiado mucho en los últimos años. Los edificios son capaces de influir en las personas y en la sociedad y tienen un gran impacto en el medio ambiente.
El sistema de certificación LEED lleva desde los años noventa trabajando para conseguir edificios que contribuyan al bienestar global, mejorando la calidad de vida de sus usuarios y su entorno, y reduciendo su impacto en el medio ambiente.

¿Qué hay de nuevo en LEED?
La última versión de LEED es su versión V5 y sigue dando pasos haciendo hincapié en la descarbonización pero trabajando también activamente en los grandes retos de los tiempos que vivimos: la salud pública y la equidad social. Es por ello que, centrándose en 4 aspectos fundamentales, LEED v5 pretende aportar una visión integral de todos los aspectos en los que un edificio acaba impactando en su entorno de la siguiente manera:
- Reduciendo las emisiones de carbono: Inicialmente LEED se centraba en reducir el consumo de energía del edificio, pero ya sabemos que el impacto de los edificios en el cambio climático va mucho más allá por lo que es necesario hacer un balance completo de las emisiones generadas también por los materiales y equipos en su fabricación y transporte. Los edificios deben tener en cuenta su huella de carbono a lo largo de su ciclo de vida.
- Poniendo a las personas en el centro del diseño: Los edificios pueden y deben mejorar la vida de sus usuarios. Para ello el diseño debe estar pensado para ofrecer aire limpio, luz natural y una acústica cuidad. De esa forma los espacios ofrecerán bienestar físico y mental, potenciando la salud y al fin y al cabo, la productividad
- Regenerando paisaje y entornos naturales: La idea es devolver valor a la naturaleza y que no la degrade. Para ello es fundamental gestionar aguas pluviales y crear corredores verdes, usando plantas nativas. El impacto de esta regeneración es alto tanto para el entorno como para las personas.
- Equidad y acceso: Los edificios tienen responsabilidad social y es por ello que deben servir a la comunidad implementando cuestiones importantes como la accesibilidad y programas que den soporte a la comunidad, y motivando las relaciones independientemente de los ingresos o capacidades.

¿Y en la práctica?
Para seguir profundizando en estos aspectos los cambios del proceso de certificación incluyen:
- Calcular la huella de carbono a largo plazo y tomar decisions en base a ella
- Priorizar materiales y soluciones con emisiones “embebidas” reducidas
- Evaluar aún más el bienestar de las personas incidiendo en la calidad del aire, el confort y la luz
- Valorar soluciones que potencien la biodiversidad y la gestión del agua
- Potenciar compromisos con la comunidad local estableciendo criterios de inclusión y relación.
¿Son sólo buenas intenciones?
El resultado de seguir avanzando en nuevas versiones de LEED mejorando la manera en que se evalúa el impacto de los edificios es un sistema que nos asegura una emisión significativamente menor de CO2 a lo largo de todo el ciclo de vida del edificio. Además las mejoras en la salud y el bienestar del usuario siguen aumentando, a la vez que el entorno social y medioambiental del edificio se refuerzan, dando como resultado una respuesta integral a muchos retos.
Por otro lado, el mayor interés generado en inquilinos e inversores, acaba resultando en un mejor rendimiento económico.
Con LEED v5 ya no se trata sólo de reducir el impacto, sino de producir un cambio significativo que genere beneficios a las personas y los ecosistemas.