Una Ciudad Respetuosa con el Lugar: Carmel-by-the-Sea

Algunos dicen que es el lugar más asombroso de la costa de California. Otros dicen que es como un diamante, rara y con múltiples facetas. Algunos la conocerán por sus leyes raras o por haber tenido de alcalde a Clint Eastwood. Pero para mí, además de una de las playas naturales más bellas del planeta, es un ejemplo de cómo es posible crear una ciudad respetuosa con la belleza del lugar.

Carmel-by-the-sea
Imagen: Harvey Harrison

Estoy hablando de Carmel-by-the-Sea, una pequeña comunidad cercana a Monterrey (California), el resultado de un sueño que empezó a tomar forma a principios del siglo XX cuando sus fundadores dieron los primeros pasos para proteger, preservar y poner en valor la belleza del entorno.

El entorno natural de Carmel-by-the-sea esta dominado por una suave ladera que acaba en el Océano Pacifico. Esta pendiente se cruza con numerosos drenajes naturales, dando como resultado una variedad de colinas y cuestas. En las laderas más altas existe un bosque natural de pinos de Monterrey mientras que las laderas más bajas están formadas por dunas y matorral costero hasta llegar a una playa de arena blanca.

Carmel-by-the-sea
Imagen: Allie Caulfield

La idea original, y que por extraño que parezca se mantiene hoy en día (tal vez en eso reside su encanto) era crear una ciudad principalmente residencial, respetuosa con el entorno y con un patrón de desarrollo compacto cuyos principios básicos eran y son los siguientes:

  • Cubrir todas la necesidades humanas, incluyendo alojamiento, salud, seguridad, interacción social, cultura, comercio y crecimiento.
  • Respetar la escala humana, tanto en el diseño urbano como en el de los edificios.
  • Respetar y proteger el entorno natural, entendiendo que este contribuye a la alta calidad de vida.
  • Respetar el carácter original de la comunidad retando a los ciudadanos a preservarlo a pesar de los cambios.

Como en muchas otras ciudades el diseño inicial parte de una retícula ortogonal, una rejilla formada por calles y avenidas que aunque a primera vista pueda no parecerlo, tiene en cuenta tanto la topografía del lugar como otros condicionantes naturales.

Carmel-by-the-sea
Imagen: Razvan Antonescu

De hecho, las calles se plantean como estrechos caminos, de la anchura mínima que exige la ley y la seguridad cuyo trazado se adapta a la vegetación, moldeandose de forma que se puedan respetar todos los árboles existentes. Su diseño hace que parezcan caminos hechos a mano, su construcción trata de minimizar al máximo el impacto ambiental y su anchura junto con la vegetación natural existente a ambos lados ayudan a reducir la velocidad del tráfico rodado, lo cual es fundamental en una ciudad donde la mayoría de las calles carecen de aceras e incluso de pavimentación y la mayor parte de los habitantes se desplazan caminando.

Nada en Carmel-by-the-Sea está sobredimensionado, la escala tiende a ser pequeña, humana. La ciudad en si misma es compacta, sus calles estrechas y sus manzanas pequeñas.

Carmel-by-the-sea
Imagen: Kunal Mukherjee

Otra característica de la ciudad, y que va más allá de los estilos, es un diseño arquitectónico adaptado a las características del lugar. Las casas siguen la topografía y tienden a complementar al terreno en lugar de anular sus limitaciones. Un increíble ejemplo es The Walker Residence (Frank Lloyd Wright, 1948)

Carmel-by-the-sea
Imagen: Harvey Barrison

También es destacable el enorme respeto por la vegetación existente y los drenajes naturales, que se integran cuidadosamente en los nuevos jardines.

Pero lo que hace única a esta ciudad no solo es su diseño urbano sostenible sino el nivel de compromiso de sus habitantes, que han luchado durante mucho tiempo por mantener lejos de sus casas las farolas, los accesos pavimentados a las mismas o los buzones de correos.

Carmel-by-the-sea
Image: Razvan Antonescu

Cosas que a la mayoría de la gente le podrían parecer servicios básicos, en Carmel-by-the-Sea se entienden como elementos innecesarios que no hacen sino alejarlos de su compromiso original de máxima integración y respeto con el entorno. Para ellos tener que ir a recoger una carta al edificio de correos no es una molestia, es una excusa para encontrarse con sus vecinos o visitar a sus amigos.

Carmel-by-the-sea
Imagen: Bev Sykes

Carmel-by-the-Sea es otro mundo. Un mundo en el que como respuesta a algunas quejas por las irregularidades en el pavimento urbano se aprueba una ordenanza que prohíbe el uso en la calle de zapatos de tacón alto. Un mundo en el que cuando se construye una vivienda es más importante mantener la privacidad entre vecinos que agotar la edificabilidad. Un mundo en el que a muchos nos gustaría vivir y que, por alguna extraña razón, no podemos encontrar cerca de nuestras casas, a pesar de que es a la vez (aunque aquí nos parezca imposible) un desarrollo respetuoso con el entorno natural y rentable desde el punto de vista económico. Lo dicho… otro mundo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *