Somos muy dados a ver los problemas medioambientales que nos generan los vecinos, las instalaciones de telecomunicación, las de transporte energético, los ruidos de la calle, la contaminación del aire y toda una gran colección de incordios externos, cuando en muchas ocasiones son mínimos o fáciles de suprimir, o simplemente no existen.
Y es que cuando los genera otro, y aunque sean de escasa entidad, son “la paja en el ojo ajeno”, que percibimos inmediatamente, generándonos todo tipo de molestias, problemas e incomodidades, de los que efectivamente tenemos derecho a que se minimicen o supriman ya que pueden afectarnos en nuestra salud.
Ahora bien, hay que ser coherentes y ver cómo con nuestras actuaciones afectamos a nuestros vecinos, a nuestros conciudadanos y al resto del planeta, y sin olvidarnos de nosotros mismos y de los que comparten vivienda con nosotros:
- ¿Tenemos los motores de nuestros electrodomésticos o los transformadores de los mismos alejados de nuestras zonas de descanso? ¿Y de las de los vecinos?
- ¿Tenemos la seguridad de que nuestras instalaciones no tienen campos eléctricos excesivos?
- ¿Usamos los móviles de forma racional?
- Y el wifi ¿afecta a nuestros vecinos? ¿Lo usamos con prudencia?
- Cuando compramos muebles nuevos o pintamos, ¿nos aseguramos de ventilar lo suficiente si emiten algún producto tóxico?
- ¿Ventilamos lo razonable para los que somos y las horas que estamos en casa y en el horario adecuado?
- No fumamos en casa, ¿o si?
- ¿Reciclamos?
- ¿Hacemos ruidos que puedan molestar a los vecinos por horario o intensidad?
- ¿Utilizamos tejidos lo mas naturales posible?
- ¿Nuestro mobiliario es ergonómico?
- ¿Utilizamos en productos de limpieza para el hogar, cosméticos, productos de higiene personal, etc, los que están libres de tóxicos o cancerígenos?
- ¿La iluminación y los colores son los correctos para el uso de cada zona?
- ¿Tenemos una climatización correcta, con la adecuada inercia térmica según usos, y si es posible con un uso pasivo del sol?
Estos no son más que algunos de los puntos a tener en cuenta para que nuestro hogar sea saludable.
¿Cuántas “vigas hay en nuestro ojo” que debemos eliminar? Preocupémonos por las “pajas en ojo ajeno”, pero no olvidemos que las “vigas en el propio” pueden ser peores y además las podemos eliminar con mayor facilidad al depender de nosotros mismos.
Concienciémonos y mejoremos la calidad medioambiental de nuestro hogar. Nuestra salud nos lo agradecerá.