Hoy os presento la casa Luger Meier, una casa pasiva que además de destacar por su eficiencia energética se preocupa por su calidad desde el punto de vista arquitectónico. Ya hemos explicado lo que es una casa pasiva en otros posts, pero para los que llegan hoy por primera vez, se trata de una vivienda que minimiza el uso de sistemas convencionales de calefacción y refrigeración aprovechando las condiciones climáticas y de soleamiento del lugar.
Es obra de la arquitecta austriaca Andrea Vogel-Sonderegger, y está ubicada en Bludesch (Austria). Su configuración y forma se acercan mucho al más puro Movimiento Moderno, pero le añade la preocupación por la eficiencia energética.
En su construcción se ha utilizado madera de la zona y muros de tapial. La verdad es que el uso de muros de tapial (tierra arcillosa), es ancestral en muchas culturas y es impactante ver un resultado tan moderno con una técnica tan antigua. Además tiene una gran inercia térmica y por tanto la estabilidad del confort térmico interior es mucho mayor. A eso hay que añadir que al tratarse de materiales naturales se trata de una solución saludable para los habitantes de la vivienda.
Se ha dispuesto un gran nivel de aislamiento en fachadas, suelos y techos, y se han utilizado vidrios triples en sus huecos. Por otro lado los puentes térmicos se han minimizado para para evitar pérdidas de energía que comprometan la eficiencia energética. También dispone de ventilación mecánica con recuperación de calor, con lo que se reaprovecha el calor que de otra manera sería expulsado con la ventilación.
Es evidente el concepto de espacio continuo interior que a través de grandes huecos lo relacionan con el espacio exterior. Fuera es donde encontramos un estanque de depuración y tratamiento natural que se integra con la vivienda de manera que naturaleza y construcción conviven en equilibrio.
Imágenes cedidas por Andrea Vogel-Sonderegger. Podéis visitar su web en: http://www.andreasonderegger.com