Hoy os mostramos otro proyecto del arquitecto Werner Sobek, autor de la casa pasiva Efficiency Plus de la que ya hablamos en ECOesMÁS en un post anterior. Pero en este caso es para dar un paso más y y contraponer la “clásica” Casa Pasiva con esta propuesta de vivienda: una Casa Activa.
Se trata de la vivienda B10 en Stuttgart (Alemania), y aparte de tener en cuenta las características propias de una casa pasiva (gran aislamiento térmico, aprovechamiento de la radiación solar…), centra su esfuerzo en el control activo de todo el consumo energético de la vivienda, a través de un sistema adaptativo que se anticipa y reacciona de acuerdo con los cambios térmicos y de uso, tanto exteriores como interiores.
Por otro lado, es capaz de generar el doble de energía de la que consumen la vivienda y sus ocupantes, incluida la parte correspondiente al transporte habitual a través de un vehículo eléctrico, a través de paneles fotovoltaicos y un creativo sistema de climatización en el que se utiliza agua congelada de forma natural en invierno para ofrecer climatización en verano.
Una casa pasiva y activa de bajo impacto
Por otro lado, otro de los objetivos de este proyecto de casa pasiva y activa era conseguir una vivienda con muy bajo impacto desde el punto de vista material, por lo que se llevaron a cabo dos estrategias:
- La utilización de materiales reciclabes 100% y fácilmente desmontables para su reutilización
- Prefabricación limpia y precisa en fábrica, lo cual permitió el reciclado selectivo de los residuos generados en la construcción y un montaje de un solo día en la parcela final, a partir de dos piezas que ya incluían todos los acabados.
Es evidente que el nivel tecnológico de una casa activa de este tipo es mucho más elevado que el de una casa pasiva “tradicional” y que algunos no acaban de confiar en que la tecnología, la cual nos ha llevado donde estamos (para lo bueno y para lo malo), resuelva la sostenibilidad de nuestros edificios y productos, pero está claro que la casa B10 es una propuesta high-tech contra el detestado despilfarro energético.
Busquemos, pues, el equilibrio entre soluciones como estas y soluciones que tengan muy en cuenta la salud física y social del individuo, y así nos acercaremos realmente a un modelo de vivienda sostenible.
