Certificación Energética “Por Defecto”

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Ya han pasado cuatro meses desde la llegada de la Certificación Energética a los edificios existentes en España. Y después de unos cuantos certificados realizados, tienes la absoluta certeza de que el sistema que se ha establecido por Decreto para realizar la certificación perjudica directamente a la calidad y rigor de dichos certificados.

El software aprobado para la certificación se ríe de nosotros (los técnicos) y permite hacer Certificaciones Energéticas “Por Defecto”, sin apenas conocer las características constructivas del edificio.  ¿De verdad? ¿Certificar algo sin ni siquiera saberlo? ¿Pero el diccionario no define “certificación” como un “documento en que se asegura la verdad de un hecho”?

Escala

Y si a esto añadimos las necesidades económicas del sector, nos encontramos con muchísimos Certificados realizados “Por Defecto” y a precios de saldo, en los que apenas se ha analizado la vivienda.

Pero de vez en cuando este mundo de la Certificación Energética te da alguna alegría. En una de las últimas visitas que he hecho para un Certificado Energético, me he encontrado con una grata sorpresa. Se trata de una vivienda del año 72, sin vidrios dobles y sin aislamiento en la cámara del cerramiento de fachada, pero con algo muy “raro” que me sorprendió realmente: ¡Una caldera mural de condensación!

El propietario había renovado la instalación de calefacción y sustituyó la antigua caldera por una de alta eficiencia, que aprovecha el calor que se pierde en los humos de la combustión.  Después de apenas encontrar viviendas con ninguna medida para evitar el despilfarro energético, me encontré con esta vivienda y me alegré de ver cómo calderas más eficientes se están haciendo un hueco en el mercado.

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Es evidente que se trata de sólo un gesto, ya que la vivienda sigue malgastando energía a través de sus cerramientos sin aislamiento y sin vidrios dobles, pero después de ver cómo está el parque edificatorio en el resto de certificados, una caldera de condensación me pareció un gran salto.

A todo esto, la vivienda pasó de tener una Calificación G a una D, sólo por esta medida, así que el propietario puede estar contento. La medida le ha servido para ahorrar energía y con ello ha obtenido una calificación mejor, lo cual le puede facilitar la venta e incluso mejorar el precio de la vivienda.

Así que si el ahorro energético no preocupa desde el punto de vista medioambiental, esperemos que sí lo haga desde el punto de vista económico, y que el beneficio propio se convierta en un beneficio común.

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